Opinión

Universidad rendida: Censura, amenazas y claudicación en la política catalana

En la UAB no sólo se ha censurado una conferencia, se ha puesto en peligro algo más: el futuro de una universidad libre, de una Cataluña abierta, de una España de ciudadanos iguales y libres.

​​Opinión publicada como editorial en el boletín de Impulso Ciudadano (Marzo - Abril. 2025).​ Ver el boletín.

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Lo sucedido en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) retrata el estado de la libertad académica y de expresión en Cataluña. Las amenazas anónimas recibidas por el vicepresidente de Impulso Ciudadano, Rafael Arenas, y el despliegue orquestado por los grupos independentistas para impedir un acto organizado por la entidad S’ha Acabat! sobre España y Europa ante el nuevo escenario internacional son episodios indignos de una sociedad que se pretende democrática. Ahora bien, si el discurso del odio de los jóvenes cachorros separatistas es despreciable, todavía nos parece más grave la prohibición de la conferencia que ha perpetrado el decanato de la Facultad de Derecho de esa universidad.

No es la primera vez que vivimos situaciones semejantes. La UAB ha renunciado a garantizar la libertad de expresión de sus estudiantes y profesores. Debería ser un centro en que se auspiciará el libre debate de las ideas, pero se ha convertido, tristemente, en un feudo donde unos pocos, amparados por la pasividad cómplice de las autoridades académicas, deciden quién puede hablar y quién debe estar callado.

Están más preocupados por no incomodar a los radicales.

Y mientras tanto, ¿Qué hace la clase política catalana? Permanece impasible y silente y, lo que es todavía peor, justifica a los que vulneran los derechos fundamentales de aquellos que no se pliegan al dogma nacionalista. Hablan de diálogo, de democracia y de respeto, pero su silencio ante estas agresiones los delata: están más preocupados por no incomodar a los radicales que por defender la libertad de expresión y el espíritu universitario.

Las leyes universitarias de España declaran que la universidad debe ser un espacio de libertad, de respeto y de pluralismo. Sin embargo, se está convirtiendo en un espacio en el que el sectarismo violento esparce su doctrina. Cada vez que se consiente un acto de censura o se mira hacia otro lado ante una amenaza, se traiciona no solo a las víctimas directas, sino al propio ideal universitario.

No podemos ni vamos a callar ante quienes prefieren la represión al debate.

Desde luego, en Impulso Ciudadano, no podemos ni vamos a normalizar la intimidación como forma de hacer política. No podemos ni vamos a aceptar que los demócratas tengan que pedir permiso para ejercer sus derechos. No podemos ni vamos a callar ante quienes prefieren la represión al debate.

En la UAB no sólo se ha censurado una conferencia, se ha puesto en peligro algo más: el futuro de una universidad libre, de una Cataluña abierta, de una España de ciudadanos iguales y libres.

No vamos a callar ante la injusticia y la intolerancia; no vamos a aceptar que los intolerantes y los cobardes dominen las instituciones.

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