Tras las Generales del 23 de julio 2023, el panorama político-económico de España es el más preocupante desde la Guerra Civil de 1936. Estamos viviendo increíblemente en la mayor era socialista que se inició, como deseado cambio, al darle la mayoría absoluta al socialismo perdedor de la guerra civil, en la persona de Felipe González en 1982.
Desde entonces, la derecha del PP, como partido turnante, en el largo periodo de la democracia, ya 45 años, desde 1978, si quitamos la primera legislatura de Aznar, con la entrada en el euro y la creación de cinco millones de empleos, se ha caracterizado por seguir fielmente las políticas “progres” de la izquierda que, como en todos los países del mundo donde ha gobernado, se caracteriza, por un crecimiento negativo, con un aumento progresivo del paro y un empobrecimiento continuo de la población (Rusia, Cuba, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Corea del Norte, Brasil…),
Datos objetivos:
- La desindustrialización de nuestra siderurgia con la entrada a la UE (Sagunto), que Felipe González disimuló con el concepto “reconversión industrial”, que llega hasta hoy con Pedro Sánchez que ha reducido a la mitad el volumen en puestos de trabajo que tenía nuestra industria al principio de la democracia en 1976, por la entrada a la Unión Europea a cualquier precio.
- La “nacionalización” real y auténtica de las cajas de ahorros (la mitad de nuestro sistema bancario), con la ley 31 de 1985 que instituyó la presencia, en el consejo de administración, de las mismas, de los representantes de las corporaciones locales, politización que las llevó a la ruina, a diferencia de los bancos privados que se hicieron varias veces más grande internacionalmente. Bueno pues las cajas, arruinadas en 2014, tuvieron que ser rescatadas por Rajoy. La operación, para que los españolitos no perdiéramos nuestros ahorros, costó más de 60.000 millones de euros, que nos prestó Europa.
- Felipe González nos prometió 800.000 puestos de trabajo, pero lejos de crearlos, tras catorce años de gobierno dejó 3,5 millones de parados. Recordemos también otra gran obra suya, el Plan de Empleo Rural (PER) en Andalucía (30 días de trabajo y once meses cobrando el paro), que permitió con esta compra “secreta” de votos, mantenerse en el poder de Andalucía por más de 40 años.
- Y no nos olvidemos de los ERES, el más escandaloso caso de corrupción política socialista de la historia de Europa, con unos 800 millones de euros repartidos, del dinero de los parados, entre los capitostes socialistas, y sus presidentes del PSOE Chaves y Griñán, condenados y amnistiados.
- Además de los entre dos y tres mil millones de euros donados por la Junta de Andalucía socialista, en subvencionar a sus sindicatos UGT y CC.OO, supuestamente para impartir cursos de formación a los trabajadores, cuyos profesores eran los mismos liberados sindicales, pero con el fraude de que, hacían una lista de trabajadores participantes para cobrar la subvención del curso, pero luego no se celebraban los cursos porque los participantes eran inexistentes.
- Añadir el frenazo a la promoción de los militares que llevó a cabo el ministro Narcís Serra que impedía llegar al generalato a todos, menos a los fieles al ideario socialista. Medida previsora para que estos no se rebelaran y dieran un golpe de Estado al socialismo autócrata.
- Y por último destacar que, a los pocos meses de llegar al poder en 1983 Felipe, se decidiera que los jueces del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que eran elegidos según la Constitución mayoritariamente por los propios jueces, fueran elegidos por el Congreso, y así seguimos hasta hoy.
El PP, por su parte, se dejó arrebatar el poder el 11 de marzo de 2004, por los colaboradores o instigadores del golpe de los trenes, y el PSOE impuso su visión obligada de la hioria, con la ley de memoria histórica, tergiversando el origen y las muertes en la guerra, dando como víctimas a los revolucionarios. Y posteriormente las leyes LGTBI y de violencia de género, que el PP no sólo no tuvo el valor de abolir con Rajoy, sino que las aprobó en las comunidades autónomas como la de Madrid (por cierto; la no abolición de las mismas conforme a lo pactado por Isabel Ayuso con VOX, ha producido la ruptura de la alianza, y el PP madrileño ha pactado con un grupo comunista formado por un sobrino de Carmena y su compañero).
El PP tampoco ha tenido el coraje de exigir el cumplimiento constitucional de la enseñanza en la lengua oficial española, que es a su vez materna para entre el 70% y el 90% de los alumnos en las regiones con otra lengua. En Cataluña la traición fue el pacto de Aznar con Pujol (pacto del Majestic 1996) que destituyó a Alejo Vidal Quadras, firme defensor del español en la escuela, presionado por Pujol que chantajeó a Aznar para imponer como única lengua de la enseñanza del catalán. ¡Y claro! ¿Cómo lo iba a defender en Cataluña, en Valencia y en Vascongadas, si el PP hacía lo mismo en Galicia y Baleares?
Hoy la vergüenza nacional es que el 30% del alumnado español no recibe la enseñanza en su lengua española, materna y oficial de España. Caso único de discriminación anticonstitucional en el mundo. Porque es que, además, el 80% de las naciones del mundo tienen varias lenguas en el país, como nosotros, y a nadie se les ocurre eliminar de la enseñanza la lengua oficial del Estado.
Podríamos hablar también de la posición del PP aceptando los inmigrantes ilegales, el aborto, dos temas que destruyen nuestra nación. No se les ha ocurrido que cien mil abortos anuales nos han reducido nuestra población en tres millones, con uno de los índices de natalidad más bajos del mundo, y que si el tema les preocupara tendrían que haber incentivado la natalidad, que es la única solución necesaria ante nuestra baja natalidad, como en Francia, donde hace ya treinta años, una madre con tres hijos recibía subvenciones suficientes para no tener que salir a trabajar y poderse dedicar a cuidar a su familia. Yo, con Franco, recibía mensualmente casi un 15 % más de sueldo por estar casado y tener tres hijos. Igualmente hoy, en Hungría, tener cuatro hijos supone no pagar más el IRPF.
¿Y qué decir de la ley, que tampoco molesta al PP de prohibir explotar nuestros recursos energéticos. Resulta que las energías limpias de que tanto presumen no llegan ni al 20% del consumo energético de España. Casi toda nuestra electricidad se la compramos a Francia, Que resulta que Francia la extrae de las más de 65 centrales nucleares (y petróleo y el gas a Rusia y a Maduro) ¿Es que somos idiotas cerrando las nuestras y destruyendo pantanos? Pues ahí tenemos los resultados de la actual tragedia de Valencia. Según reciente declaración de Aznar, todas estas obras de encauzamiento ya estaban contempladas en el Plan Hidrológico Nacional que, ya concedida su financiación por Europa, fue anulado por Zapatero tras el 11 de marzo. Estas políticas “ecológicas” se las dicta la Agenda 2030 al PP y el PSOE en Europa donde van de la mano votando lo mismo, porque gobiernan juntos.
Citemos por último las desavenencias entre los dos partidos supuestamente de derechas en las que el mayor de ellos actúa protagonizándolo todo, aunque todo su poder territorial se los debe al otro, Andalucía, Castilla-León y gobiernos conjuntos posteriores en cuatro comunidades más. Esta estrategia la llevan a cabo los medios de comunicación propios y le ha funcionado (de 4 millones de votos de VOX y de 5,5 millones el PP, en la pasada legislatura, hemos pasado a 3 millones de votos VOX y 8 millones de votos PP), y es que desde Jiménez Losantos, pasando por la COPE y 13 TV, han estado en esta función. El resultado final es evidente, no han conseguido la mayoría absoluta que estaba cantada, por estar todo el día apuñalando a su aliado (¡Ojo!, es que a Feijóo le avergüenza muchísimo que lo critique el PSOE). Pues puede que al final le ocurra lo que consiguió Rivera, por estar continuamente apuñalando a Rajoy.
Así que, si el PP no gobierna, hay un solo culpable, que sin duda se arrepentirá de su despotismo que ya se ha visto en el caso de Extremadura y Murcia. Para luego tener que agachar la cabeza ante la corrupción de Pedro Sánchez y la progresiva desarticulación de España. Pero la alternativa sólo funcionará si no queremos la ruina y la desintegración, cuando las ideas patrióticas e integradoras puedan implantarse para volver al camino de la ley, la justicia, el trabajo y la vida digna de los españoles.