Opinión

El apagón fue la noticia del 28 de abril; en España, en Europa y en todo el mundo.

La noticia ahora ya no es el apagón sino el silencio oficial sobre las causas del mismo; lo que conduce a que resulte inevitable la especulación.
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Seis días después (este artículo es de fecha 4/05), la noticia es que seguimos sin saber la causa del apagón. Algunos nos dicen que es normal, que esto es muy complicado, que hay que mirar muchas cosas, que pedir explicaciones inmediatas es propio de personas que no saben del tema e ignoran las sutilezas de las redes eléctricas... Pero en otros apagones equivalentes, en Italia, en Estados Unidos o en Brasil, pocos días después del evento ya había información oficial sobre las causas. Aquí lo único que sabemos es que se han creado ¡dos! grupos de trabajo.

Cuando en el mismo día del apagón el presidente del Gobierno compareció para decir que todas las hipótesis estaban abiertas y que lo que había sucedido es que había desaparecido el 60% de la producción energética ya solamente cabían dos hipótesis sobre las causas del desastre:

  1. Ciberataque.
  2. El apagón estaba vinculado a la presencia ampliamente mayoritaria de renovables en la producción de energía eléctrica.

Lo primero parece descartado (a estas alturas ya habría algún indicio de tal ciberataque); así que tendremos que quedarnos con lo segundo.

Lo segundo, además, es una evidencia, ya que en el momento en el que se produce la caída de la red, el 70% de la producción energética son renovables y éstas son las que caen a plomo; una caída a plomo que obliga, tal y como exigen los protocolos, al cierre de las nucleares para que no suceda que la producción supere al consumo.

Así pues, no hay forma de evitar la conexión entre apagón y renovables.

De ahí, seguramente, el intento del gobierno de eludir dar explicaciones, porque, en la dinámica de confrontación en la que vivimos, cuestionar las renovables sería tanto como cuestionar al gobierno, dada la apuesta de éste por este tipo de energía. Obviamente, en cualquier caso, es el gobierno el responsable de lo sucedido, Red Eléctrica de España (REE), aunque formalmente independiente, está regulada por el Estado y actúa bajo una planificación energética decidida políticamente.

Aparte de esto, si la caída está vinculada a la generación de electricidad por renovables (y no, por ejemplo, a un ciberataque, un problema en una central nuclear o de gas o a un terremoto que hubiera hecho caer líneas), el apagón estaría obligando a revisar la política energética socialista. Y, además, a revisarla en línea con lo que se ha sostenido desde fuera del gobierno: tener un mix energético más compensado en el que la energía nuclear tenga un peso significativo. Esto es lo que parece querer evitar el gobierno a base de no dar información.

Se está buscando un relato que salve al gobierno y a las renovables.

En esta línea, el patético ataque a las nucleares protagonizado por Pedro Sánchez, diciendo cosas que harían sonrojarse a cualquier lector medianamente competente del libro más simple de divulgación sobre el tema, confirmaría que se está buscando un relato que salve al gobierno y a las renovables. Esta búsqueda del relato está llevando a situaciones absurdas o grotescas. Por ejemplo, que se diga a la vez que no se saben las causas del apagón (lo que me extraña) y, a la vez, que no se volverá a repetir. Si no sabes qué paso, ¿cómo aseguras que no se volverá a repetir?

De esta forma, como decía, la noticia ahora ya no es el apagón sino el silencio oficial sobre las causas del mismo; lo que conduce a que resulte inevitable la especulación.

En los últimos días, por lo que he visto, muchos insisten en que las renovables hacen más inestable el sistema eléctrico. Antes del apagón ya lo había escuchado, aunque nunca me había preocupado por entenderlo. En la última semana, en cambio, lo he seguido con más interés y he aprendido algunas cosas:

  • Para que el sistema eléctrico funcione, en cada momento se ha de generar la misma electricidad que se consume.
  • Si se da esa correspondencia perfecta, la frecuencia del sistema es de 50 Hz.
  • Si hay más producción que consumo, la frecuencia aumenta. Si es al revés, la frecuencia disminuye.
  • El margen de funcionamiento del sistema es muy estrecho, menos de 1 Hz. Esto quiere decir que la oscilaciones de la frecuencia pueden poner en riesgo el sistema con relativa facilidad.

El sistema es vulnerable a las oscilaciones de la frecuencia.

  • Para gestionar estas oscilaciones existe lo que se conoce como "inercia", que es la capacidad del las centrales generadoras de electricidad para seguir funcionando a 50 Hz aún cuando la frecuencia de la red se aparte de esta cifra. Las centrales que tienen esta capacidad de inercia se denominan "formadoras de red", mientras que las que carecen de esta capacidad son "seguidoras de red".
  • La mayoría de las centrales fotovoltaicas son seguidoras de red, no formadoras. Esto implica que el sistema es vulnerable a las oscilaciones de la frecuencia.
  • Las centrales fotovoltaicas podrían ser formadoras de red; pero para eso tendrían que realizarse inversiones e introducir reformas en la regulación. No puede descartase que al intentar favorecer a las renovables, se estuviera, a la vez, creando un sistema más inseguro.
  • El apagón podría haber confirmado esta inseguridad, lo que obliga a un replanteamiento de la política energética.

El replanteamiento no pasa necesariamente por una reducción de las renovables; sino por aumentar las inversiones para que estas renovables sean agentes que contribuyan a la estabilidad de la red. Al mismo tiempo, debería ser necesario mantener una producción de energía eléctrica por medios fiables y no contaminantes (energía nuclear e hidroeléctrica), lo que, como mínimo, limita la expansión de las energías renovables.

Ha sido la voracidad capitalista la que nos ha conducido hasta aquí.

Parece poco probable, sin embargo, que este debate pueda ser abordado, porque la prioridad del gobierno parece ser construir un relato que:

  • Libre de responsabilidad al gobierno.
  • Libre de responsabilidad a Red Eléctrica.
  • Libre de responsabilidad a las renovables.
  • Cargue a la nuclear la responsabilidad por el apagón.
  • Permita "vender" que ha sido la voracidad capitalista la que nos ha conducido hasta aquí.

Como ciudadanos, estamos obligados a exigir transparencia y explicación. Y, a partir de estas explicaciones, la revisión de las políticas energéticas con el fin de:

  • Garantizar el suministro.
  • Eliminar o reducir al máximo las emisiones de CO2.
  • Conseguir lo anterior al menor precio posible.

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